Clémence Corré-Saint-Jours
Gran entrevista
Caroline Rouyer
Ilustración Marie Doucedame
Traducción al español : Margarita de Vivero Zuber y Nelly Olaya Servigne
El 6 de septiembre de 2021, nos reunimos con Mattias Desmet, psicoanalista y psicoterapeuta especialista en mecanismos de formación de masas y de sistemas totalitarios, es profesor de psicología clínica en la Universidad de Gand (Bélgica) y tiene un máster en estadísticas.
YGGDRASIL (Y): ¿Cuál es su percepción de la situación psicológica de la población en el contexto de esta crisis?MATTIAS DESMET (M.D.): En primer lugar, creo que es importante considerar el estado psicológico de la población antes de la crisis. Era muy malo. Por ejemplo, en Flandes (Bélgica) se venden 300.000.000 dosis de antidepresivos al año, para una población de 11 millones. Muchas personas sufrían de burnout, un fenómeno vinculado a los « bullshit jobs » (trabajos de mierda) : el 40% de las personas sentían que su trabajo no tenía sentido.
Sin embargo, debemos permanecer atentos, porque una crisis como la que estamos viviendo reorganiza el estado psicológico de la población y rediseña el paisaje de la depresión y la ansiedad, que ahora está conectado con una representación mental: el coronavirus.
Durante el primer confinamiento, al no tener que acudir a su trabajo, muchas personas se sintieron liberadas de las carreras desenfrenadas de la vida cotidiana y me dijeron que sentían un alivio. Las cosas han tenido tiempo de evolucionar desde que empezó la crisis. En los últimos seis meses, hemos visto surgir nuevos problemas: nuevas formas de depresión, aumento del índice de suicidios, etc. De hecho, estamos empezando a ver las consecuencias de la propia crisis en el estado psicológico de las personas, especialmente de los jóvenes.
Imagine que actualmente usted tiene 15 o 16 años y que ha pasado los últimos 18 meses sin poder conectarse realmente de forma libre y espontánea con sus compañeros. Para un adulto, los 18 meses no son tan largos, pero para un joven es mucho : los años entre 15 y 17 o 16 y 18 nunca podrán ser sustituidos. ¡Es un ciclo entero de desarrollo psicológico el que está impactado !
La gente compra la narrativa de la Covid, no porque crean que la argumentación presentada en los medios de comunicación sea correcta, sino porque da sentido a sus vidas.
Y: En el curso de sus investigaciones, usted ha estudiado cómo el aspecto psicológico impacta los otros aspectos de la realidad humana. ¿Puede usted aclarar qué es una formación de masa y cuales son los factores que favorecen su creación?
M.D. : Una formación de masa puede aparecer espontáneamente y también puede crearse hasta cierto punto deliberadamente. No me voy a pronunciar sobre si es espontáneo o creado intencionalmente, no creo que tenga ese nivel de experiencia. Para que aparezca una formación de masa, son necesarias algunas condiciones previas.
La primera es la falta de vínculos sociales, con un fuerte sentimiento de aislamiento. Como dice Hannah Arendt, las personas deben sentirse socialmente «atomizadas»(1).
La segunda condición es la experiencia de una falta de sentido en su vida.
La tercera es la presencia de una ansiedad latente.
Y la cuarta es la presencia de una gran frustración y agresividad en la sociedad.
Está claro que estas condiciones estaban presentes antes de la crisis.
Cuando aparece una nueva narrativa(2) que da un objeto a la angustia y que es diseminada por los medios de comunicación de masas, entonces ésta genera una enorme disposición en la población para conectar su ansiedad con ese objeto, y para participar en las estrategias que se dirigirán a ese objeto de ansiedad.
Esto es exactamente lo que noté en esta crisis, cuando surgió la narrativa del coronavirus repetida sin descanso por los medios de comunicación de masas. La gente participó entonces en estrategias que antes eran inimaginables. De hecho, nadie hubiera imaginado que toda la población aceptaría estar confinada durante semanas y que ya no podríamos viajar libremente, etc.
¿Y por qué ? Porque una ansiedad que no está conectada a una representación mental es extremadamente dolorosa y conflictiva para un ser humano, porque no puede ser controlada. Esta es probablemente la experiencia más dolorosa que un ser humano puede vivir.
Cuando toda esta ansiedad finalmente se conecta a un objeto, una representación – aquí un virus -, entonces ésta se vuelve controlable, porque permite participar en las estrategias presentadas por los medios de comunicación de masas.
El segundo punto es que se crea un nuevo tipo de vínculo social dentro del grupo de personas que participan en estas estrategias. Una verdadera batalla heroica se lleva a cabo de forma colectiva.
Un ser humano es ante todo un ser social que sólo existe en su relación con los demás. Si se siente socialmente aislado, y que de repente pasa de este estado sin conexión a un estado en el que se siente fuertemente conectado a una multitud o masa, se crea una especie de intoxicación mental. La gente se traga la narrativa de la Covid, no porque piense que es cierta, ni porque piense que el argumento presentado en los medios de comunicación sea correcto, sino porque le da sentido a sus vidas.
Esta situación crea una nueva solidaridad entre la gente y canaliza su frustración y agresividad contra el pequeño grupo que no quiere participar y que es el nuevo enemigo : los antivacunas, los conspiracionistas, o cualquiera que sea… incluso todos juntos.
El nuevo vínculo social, la nueva construcción de sentido, la conexión de la ansiedad con una representación y la posibilidad de satisfacer su frustración y su agresividad son las verdaderas razones para adherir a la narrativa. Proporciona una especie de rito que conecta un grupo a una multitud o masa, y lo extraño es que cuanto más absurda es la historia, más evidente es la falsedad, y más se alimenta el rito. Cuanto menos pertinente es la narrativa, menos verdadera es, y cuanto más absurda, es evidente que lo haces para conectarte con los demás y aun más, les muestras que es para conectarte con ellos.
El primer autor que escribió un importante estudio científico sobre la formación de masas fue probablemente Gustave Lebon(3), en el siglo XIX. Algunas personas utilizan los términos «hipnosis de masas», «histeria de masas» o «psicosis de masas», pero las evito porque tienden a patologizar el fenómeno, a psiquiatrizarlo, y prefiero utilizar el término más neutro desde el punto de vista ético de “formación de masas”, que significa simplemente : formación de una masa o multitud.
Una masa o multitud es un tipo de grupo muy específico en el que todos los individuos se asemejan y creen firmemente en la misma narrativa. Sufren de una falta radical de pensamiento crítico, y sus capacidades cognitivas se deterioran y disminuyen.
Esto puede aplicarse a una masa de personas muy inteligentes como a una masa de personas menos inteligentes. Por otra parte, Gustave Lebon estudió a los jueces y los describió comportándose cada vez más o menos como una pequeña multitud o una pequeña masa, ya sea que estén compuestos por personas muy inteligentes o no.
Su forma de tomar decisiones carecerá completamente de racionalidad, ¡es una locura! Lo único que funciona es la repetición de los mismos mensajes, simples. Sólo la repetición incansable de mensajes simples y la presentación de imágenes o números tienen un impacto.
La gente quiere seguir experimentando esta intoxicación mental. La nueva solidaridad les da una justificación que les permite canalizar su frustración y su agresividad, un control mental sobre su ansiedad y un sentido a sus vidas.
¡Y esto ha sido muy importante! Desde el inicio de la crisis del Corona, cantidad de cifras han sido presentadas incansablemente a través de los medios de masas, en forma de gráficos; números que muestran el aumento de contaminaciones, el aumento del número de hospitalizaciones, la cantidad de víctimas del virus, y así sucesivamente… Y estas cifras tienen un impacto muy fuerte ¡porque están representadas visualmente!
En un proceso normal de toma de decisiones es necesario considerar de manera equilibrada los diferentes elementos juntos a partir de un mismo modelo matemático: por un lado, el número de víctimas que pueden atribuirse al virus y por otro lado, el número posible de víctimas de los daños colaterales, es decir, las personas que mueren debido a las medidas tomadas. Sin embargo ¡en ningún momento se nos presentó un modelo así! A veces, los daños colaterales fueron mencionados, pero nunca fueron representados en números o gráficos.
Y esto demuestra lo estrecho que es el enfoque y la atención que se dirige al peligro del virus y a las víctimas que se le atribuyen, mientras que todo lo demás parece desaparecer en las sombras y escapar a la atención.
Al principio de la crisis, yo mismo reaccioné como un estadístico, estudiando todas las cifras y estadísticas. Al cabo de unas semanas, me di cuenta de que habían cometido grandes errores y que se había sobreestimado mucho el peligro del virus. A finales de 2020, los modelos matemáticos iniciales en los que se estimaba la mortalidad a causa del virus mostraban una enorme sobreestimación de la mortalidad, por lo menos de factor 10. Entonces, no me quedó ninguna duda de que se trataba de un fenómeno psicológico de gran magnitud que dirigía la atención hacia un punto focal muy estrecho.
Lo sorprendente es que tardé varios meses en descubrir que se trataba de un fenómeno clásico de formación de masas a gran escala, a pesar de que llevaba años dando conferencias sobre el tema.
En la formación de masas, el campo de atención cognitiva y emocional se reduce a esa pequeña parte de la realidad que es el campo de la narrativa, lo que hace que la gente se vuelva completamente insensible cognitiva, emocional y físicamente a lo que sucede fuera de esta ventana de atención. Cualquier argumento crítico que se base en razonamientos que no aparecen en esta estrecha ventana de atención no tendrá ningún impacto. Estos argumentos de crítica pueden ser repetidos incansablemente, la gente no podrá tomarlos en consideración porque quieren seguir experimentando esta intoxicación mental. La nueva solidaridad les proporciona una justificación para canalizar su frustración y agresividad, un control mental sobre su ansiedad y un sentido a sus vidas.
Todo esto es similar a la hipnosis, en la que el profesional dirige la atención de un paciente hasta cierto punto permitiendo que un cirujano lleve a cabo una operación sin que la persona se dé cuenta. Esto demuestra el poder de esta inducción.
El entrenamiento de masas es una especie de hipnosis, con la diferencia de que en la hipnosis clásica la capacidad de atención del practicante no se reduce, mientras que en el entrenamiento de masas las personas que dirigen la masa tienen también una capacidad de atención reducida, nos dice Gustave Lebon. Esto no significa que estén acostumbrados a manipular, mentir, engañar, etc., sino que están realmente convencidos de que la validez de su ideología promete la aparición de un paraíso en la Tierra.
Stalin creía realmente que el materialismo histórico conduciría a una especie de sociedad utópica, y Hitler que sus teorías crearían una raza pura, apta para gobernar el mundo. La ideología a partir de la cual se formula la narrativa de la Covid parece basarse en la reducción biológica y materialista, la ideología transhumanista(4). Las personas que dirigen a las masas están ideológicamente ciegas, realmente creen que esta ideología traerá la solución a todos los problemas de la humanidad. Para conseguir este paraíso transhumanista, parece que se les permite engañar, manipular y, si es necesario, sacrificar a una parte de la población. Hannah Arendt(5) dice algo muy hermoso: Sólo hay un problema con el totalitarismo: el paraíso, al final, siempre se parece exactamente al infierno.
Y: Para los que no se conforman con la narrativa dominante ¿qué arriesgan al cuestionar en voz alta las decisiones de los líderes políticos?
M.D. : En primer lugar, creo que es muy importante seguir diciendo las cosas en voz alta. La historia de la Alemania nazi y de la Unión Soviética nos muestra que la verdadera locura de los sistemas totalitarios se intensifica cuando se apaga la voz de la oposición. Como el totalitarismo se funda en la formación de la masa, que es una forma de hipnosis, en la que la persona es cautivada por la voz de alguien, la voz es fundamental. Por eso los sistemas totalitarios se aseguran de que la voz del líder se escuche durante un cierto tiempo, únicamente para repetir el mensaje.
Si sólo queda una voz en el espacio público, la formación de masa probablemente logre perdurar. La presencia de otra voz hace que la hipnosis sea menos profunda y justamente Gustave Lebon nos dice que hay grandes posibilidades de que la multitud no vaya tan lejos en sus crímenes y atrocidades.
En cuanto a la pregunta: “¿Qué riesgo corre una persona al hablar en voz alta?”, la respuesta es en mi opinión: todo y nada. Por un lado, por supuesto, puede ser peligroso, pero por el otro, aunque nos callemos, no nos libraremos del peligro. E incluso participando, aceptando la historia, podríamos convertirnos en sus víctimas. Hannah Arendt dice: “El sistema totalitario devora a sus propios hijos”. Nadie está a salvo. Por ejemplo, los primeros en ser asesinados por Stalin fueron los kulaks(6), luego la aristocracia, los orfebres, los judíos, etc. Cabe imaginar que estos grupos no estarían de acuerdo con la narrativa comunista. Pero al final Stalin mató sin ninguna lógica aparente.
Me parece que la mejor actitud, y la más segura, es hablar en voz alta tanto como sea posible. Y si nos convirtiéramos en víctimas del sistema, al menos moriríamos sabiendo que hicimos lo que pudimos. No hay ninguna garantía de que escapemos al sistema totalitario sometiéndonos a éste. Creo que deberíamos seguir hablando ante un público lo más amplio posible. De este modo, no detendríamos el proceso, pero se podría mantener un espacio abierto en el que el grupo que no quiere conformarse y participar pueda continuar y pueda sobrevivir. Tengo confianza en ello y lo haremos.
El sistema totalitario que está surgiendo tiene algunas diferencias con los que surgieron en la Alemania nazi y en la Unión Soviética: es tecnocrático (relativo a la tecnocracia, un sistema administrativo que invade las estructuras sociales y políticas y en el que los expertos y tecnócratas asumen un poder predominante) y se extiende por el mundo. Eso cambia su dinámica. Un sistema totalitario siempre necesita un enemigo porque se basa en la formación de masas, la formación de masas en la ansiedad y la ansiedad en una amenaza. Así que se necesita una amenaza. George Orwell lo describe en su novela 1984(7): el Estado siempre necesita un enemigo y orienta la atención hacia un peligro externo. Así, los sistemas totalitarios del pasado encontraron a este enemigo fuera de su territorio. Pero un sistema totalitario extendido por el mundo no tiene enemigo externo, su enemigo sólo puede ser interno. Podemos esperar que lo estigmatice, que lo marginalice, empuje fuera de la sociedad a las personas que no quieren participar en su proceso, pero probablemente no extermine a ese grupo. [Risas forzadas, NdlR].
Y: Con la educación convencional, los comportamientos que se fomentan y se validan son los que se ajustan a lo esperado. Desde niños, hemos recibido directivas de diversas personas con autoridad para guiar nuestras acciones y comportamientos y conformarnos. Es posible que nos haya faltado espacio para conectarnos con nosotros mismos y para confiar en nuestra propia orientación interna ¿Es posible que la anestesia y la conformidad con la narrativa de masas a la que asistimos hoy en día a gran escala tenga su origen en el sistema educativo dominante?
M.D. : Me refiero también a Gustave Lebon, quien dijo que cuanto más alto era el nivel de educación de la gente, más predispuestos estaban a la formación de masa. A lo largo de nuestra educación, aprendemos a aceptar y copiar todo tipo de ideas, y esto puede hacernos más obedientes, pero no creo que sea un factor determinante. Es muy importante que siempre dejemos un espacio para que un niño pueda interpretar por sí mismo lo que le transmitimos. Así, puede aprender a pensar por sí mismo, construir su propia identidad y encontrar su impulso intrínseco, independientemente del deseo de los demás. Estoy convencido de que hay un problema con nuestro sistema educativo, pero ¿desempeña un papel primordial en el surgimiento de una formación de masa? Es una buena pregunta… quizás sí.
Y: ¿En qué estudios científicos podemos basarnos y anclar nuestro pensamiento crítico para mantener los ojos bien abiertos ante la situación actual? ¿Cómo podemos percibir la complejidad de la situación, cómo podemos permanecer despiertos, conscientes de nuestras creencias?
M.D. : Esto toca un problema esencial en nuestra cultura y sociedad, en lo que creemos que es la ciencia hoy en día. ¿Conoce usted la crisis de la reproductibilidad?. En 2005 se reveló que la mayoría de las publicaciones científicas eran erróneas, especialmente en el ámbito médico(8). Para ser sincero, ninguna revista científica podría hacerme cambiar de opinión porque creo que el verdadero problema es mucho más ideológico que científico. Además, no quiero que la sociedad se convierta en un sistema en el que la gente tenga que encerrarse en sus casas cada vez que aparece la amenaza de un virus, o estar obligados a ser vacunados contra su voluntad o en el que el Estado pueda decidir que a partir de qué momento nadie se puede tocar. Por supuesto, si de repente nos enfrentáramos a una epidemia de la proporción de la peste, por ejemplo, entonces podría imaginarme que se nos impongan tales restricciones. Pero, en ese caso, no necesitaríamos periódicos científicos para convencernos : lo veríamos con nuestros propios ojos.
Las disposiciones adoptadas me parecen desproporcionadas y contraproducentes. Concluyo que se trata más bien de una crisis psicológica, y quizás incluso de una crisis espiritual.
En las circunstancias actuales, las disposiciones adoptadas me parecen desproporcionadas y contraproducentes. Por eso vuelvo a concluir que se trata más bien de una crisis psicológica, y quizás incluso de una crisis espiritual. Mientras no encontremos una solución al verdadero problema, que es el estado psicológico catastrófico de la población, iremos de un confinamiento a otro y de una crisis a otra.
Y: ¿Qué papel desempeñan los medios de comunicación en esta situación?
M.D. : No puede haber una situación de masas a gran escala sin medios de comunicación de masas. Desde la antigüedad hasta hoy, siempre ha habido tales fenómenos, y Gustave Lebon ha observado que durante el siglo XIX se han incrementado en intensidad y duración. Hannah Arendt nos dice que esto está relacionado con el aumento de la visión mecanicista científica de nuestra cultura occidental. No se trata de la ciencia como método, sino de la ideología científica, que es completamente diferente.
Para hacer perdurar una formación de masas, es necesario un instrumento que repita la narrativa incansablemente ¡de lo contrario se detiene! Los medios de comunicación forman parte de un conjunto mucho más amplio que incluye la esfera política y la propia población, la multitud. Considero la crisis como un sistema complejo y dinámico en el que todo tipo de factores intervienen y se mezclan, fortaleciéndose en una especie de causalidad circular. Los medios de comunicación desempeñan un papel evidente.
Y: A la revista Yggdrasil, en la que se publicará esta entrevista, se le ha negado una subvención del gobierno por considerar que explora temas relacionados con el colapso ¿Qué nos dice esta crisis sobre nuestro miedo a la muerte y nuestra finitud?
M.D. : Creo que este es un tema central en la crisis. La visión que tenemos del hombre y del mundo nos lleva a no saber ya cómo enfrentarnos a la idea de la muerte y a nuestra finitud. Si tenemos que evitar todos los riesgos en la vida, entonces es muy simple ¡no podemos vivir más!
Las ciencias del siglo XX ya han empezado a darse cuenta de que no podemos comprender lo real, el universo, el mundo en términos lógicos: el científico que hace nuevos descubrimientos tiene una capacidad extraordinaria de conectarse con el objeto que explora, dice René Thom(9) a sentir empatía por él, a sentirlo. Einstein(10), Niels Bohr(11), Heisenberg(12) hicieron hincapié en el hecho de que perseguir la razón y la racionalidad tan lejos como sea posible nunca nos permitirá percibir realmente la esencia de los fenómenos que estamos estudiando. Al igual que ellos, creo que podemos esperar más de la poesía que de la lógica, en nuestra manera de conectarnos con el mundo. Finalmente, llegamos a un nuevo campo que está en algún lugar en la frontera del arte, la religión y la ciencia.
Y: ¿Dónde situar la ideología transhumanista?
M.D. : La ideología transhumanista, que ya existía en la época de los pensadores griegos, tiene sus raíces en la creencia de que el hombre es semejante a una máquina, que forma parte de una máquina más grande, el universo. A partir del siglo XVII o XVIII, se convirtió progresivamente en la ideología dominante. En este marco, es normal pensar que el hombre puede ser optimizado añadiendo todo tipo de componentes mecánicos.
El problema con esta ideología es que siempre promete mucho, que nos hace creer que podrá reducir el sufrimiento y hacernos felices. Pero, cuanto más mecánica se vuelve nuestra vida, más deprimidos nos volvemos, y, para ser honesto ¡no creo que podamos esperar nada más que el infierno! Cuanto más se imponga esta ideología en la sociedad, me parece que con mayor razón debemos preservar un espacio en el que un pequeño grupo de personas pueda seguir viviendo sin participar en este mundo transhumanista. Creo que, como Gustave Lebon describió con respecto a las masas y Hannah Arendt con respecto a los sistemas totalitarios, este sistema se autodestruirá. En cuanto tomamos consciencia de esto, comprendemos que no tenemos que tratar de destruirlo, se destruirá por sí mismo. Lo único que tenemos que hacer entonces es asegurarnos de que podemos sobrevivir un tiempo fuera del sistema, y eso es suficiente. En una sociedad totalitaria, sólo el 30% de la gente está realmente atrapada en la formación de masas, alrededor del 40% permanece en silencio y se conforma, sin estar convencido de la narrativa dominante, Y hay un tercer grupo de personas que no creen en la narrativa y no la cumplen, que prefieren expresarse regularmente y decir en voz alta para manifestar el desacuerdo. Fue este grupo el que se rebeló contra el veredicto del caso Dreyfus(13). Este pequeño grupo muy heterogéneo estaba compuesto de personas de todos los horizontes políticos, clases sociales, niveles económicos, etc.
En una sociedad totalitaria, el 30% de la gente está hipnotizada, el 40% es silenciosa, y el 30% no se pliega.
Al igual que en la crisis del Corona, el grupo que resiste (30%) y se expresa es muy difícil de delimitar, parece venir de todas partes. Sin embargo, no logra hablar al unísono, entonces su impacto sobre el grupo del 40 % (que permanece silencioso y se conforma) nunca es tan poderoso como el impacto de la propia masa (el 30% que está realmente hipnotizado) ¡Si tan sólo este tercer grupo encontrara una manera de unirse, sin por ello convertirse a su vez en una masa – porque una masa destruye la individualidad y la singularidad del ser humano! En ese momento, la crisis y su proceso quedarían suspendidos. Michel Foucault(14) distingue la verdad de la retórica: cuando alguien habla auténticamente, porta las ideas en las que cree, comparte con el otro una experiencia, mientras que alguien que habla de una manera retórica trata de convencer al otro de ideas en las que él no cree. Si existiera tal grupo, las personas que lo compusieran no se identificarían unas con otras porque compartirían las mismas ideas, sino porque se reconocerían en esta calidad de palabra sincera y honesta. Esto sería una base esencial para el surgimiento de una nueva forma de grupo social y una verdadera revolución en la historia!.
Y: Nos sorprendió ver a muchas personas ajustarse a la narrativa dominante, pese a que en diferentes ámbitos de sus vidas han elegido caminos alternativos. En la crisis actual, se ejerce una fuerte presión sobre las personas, obligándolas a responder a diversas exigencias ¿Qué tipo de hilos han sido manipulados para que esta gente pierda su espíritu crítico?
M.D. : El hilo principal que se ha destendido es el de la solidaridad. Toda la presión ejercida sobre el individuo se basa en la idea de que si alguien no participa en la estrategia dominante carece de solidaridad y de espíritu ciudadano. Esto es muy característico del totalitarismo, que en esencia es un sistema en el que el colectivo es considerado infinitamente más importante que el individuo.
Una de las funciones esenciales de la sociedad es crear un espacio de seguridad para el individuo. Éste acepta sacrificar un poco de su libertad para mantener un equilibrio entre él y la sociedad. Y esto es lo que desaparece radicalmente en el sistema totalitario, que reclama desmesuradamente cada vez más solidaridad y ciudadanía, sometiendo al individuo a una enorme presión de conformidad. La adhesión a la narrativa dominante se extiende a través de la población muy rápidamente, ya que hay una fuerte atracción del individuo por participar en una formación de masas. Sin embargo, también vemos a gente que ha creído en todo esto y de repente deja de creer y se une a la resistencia.
Esta crisis está destruyendo las comunidades, las familias, los matrimonios, y parece estar reorganizando todos los vínculos sociales en dos campos. En los próximos años, no creo que podamos evitar una segregación funcional y social en la sociedad. No deberíamos centrarnos tanto en el virus, en la vacuna y en todo eso, sino mantener los vínculos con la gente, esté o no vacunada. Porque al final, el verdadero problema es la falta de relaciones, el deterioro de la calidad del vínculo social. Lo que realmente importa es seguir manifestando nuestro rechazo a conformarnos con el discurso dominante y estar tan disponibles como sea posible para unirnos.
Referencias
1 “La atomización de la sociedad: el caso soviético: « La atomización masiva en la sociedad soviética fue lograda mediante al empleo hábil de purgas repetidas que invariablemente preceden a la liquidación de grupos. » Hannah Arendt Los orígenes del totalitarismo Madrid, Taurus, año 2004.” [NdT]
2 “La psicología narrativa es una perspectiva dentro de la psicología relacionada con la «naturaleza histórica de la conducta humana», es decir, cómo los seres humanos lidian con la experiencia observando historias y escuchando las historias de otros”. [NdT]
3 Gustave Lebon: médico, antropólogo, psicólogo social y sociólogo francés del siglo XIX, autor del libro Psicología de las multitudes. Sus numerosos escritos contribuyen a formar las bases de una nueva disciplina científica: la psicología social.
4 “El transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual internacional que defiende el uso de la ciencia y la tecnología para mejorar la condición humana mediante el aumento de las capacidades físicas y mentales de los seres humanos y para eliminar el envejecimiento y la muerte”. [NdT]
5 Hannah Arendt: politóloga, filósofa y periodista alemana del siglo XX naturalizada estadounidense, conocida por sus trabajos sobre la actividad política, el totalitarismo, la modernidad y la filosofía de la historia.
6 Kulak, agricultor ruso que posee tierra, ganado, herramientas y que emplea a trabajadores agrícolas asalariados. Finales del siglo XIX, principios del siglo XX.
7 1984 : novela distópica escrita por George Orwell en 1949.
8 John Loannidis, profesor de medicina e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, es uno de los primeros en mencionar la crisis actual en su artículo: «Why Most Published Research Findings Are False».
9 René Thom: matemático y epistemólogo francés del siglo XX, fundador de la teoría de las catástrofes.
10 Albert Einstein: físico alemán, autor de la teoría de la relatividad restringida en 1905 y de la teoría de la gravitación, llamada relatividad general, en 1915. Sus opiniones socialistas y pacifistas lo hicieron huir la Alemania nazi.
11 Niels Bohr: físico danés del siglo XX. Es conocido sobre todo por su contribución a la construcción de la mecánica cuántica.
12 Werner Karl Heisenberg: físico alemán del siglo XX. Es uno de los fundadores de la mecánica cuántica.
13 República, ocurrido en Francia a finales del siglo XIX en torno a la acusación de traición formulada contra el capitán Alfred Dreyfus, que finalmente fue absuelto.
14 Michel Foucaut: filósofo francés del siglo XX. Es más conocido por sus críticas a las instituciones sociales.
(Fuentes Wikipedia)